Claves para el manejo de la motivación, la empatía, el estrés, la autoconfianza, la comunicación
Imaginemos que un adolescente es un recién nacido, y como tal, vamos a observarle: cómo duerme, come, qué necesita… porque lo que le está pasando es que estrena un cuerpo nuevo, una nueva forma de pensar y de sentir, una manera distinta de relacionarse con la familia y con los amigos, que en muchos casos serán diferentes a los de siempre. No te pierdas estos consejos de nuestra experta, Patricia Cigaran, que te ayudarán a gestionar mejor los retos que te lance tu hijo.
En el conocimiento de uno mismo tienen gran importancia las personas que tenemos alrededor. En casa y en el colegio ha de construirse un ambiente afectivo que ayude al crecimiento de la autoestima como aspecto básico de la madurez personal. Vamos a ver la importancia que tiene, y cómo podemos desarrollarla en nuestros hijos.
No es extraño escuchar frases del tipo "tengo mucha prisa", "no me da tiempo", "a ver cuándo saco un rato", "hoy imposible"… Vivimos en la sociedad del desenfreno, del estrés, de todo es para antes de ayer y nada puede esperar a mañana porque ya es demasiado tarde. En muchos casos, el ritmo de vida al que estamos sometidos nos pasa factura. El problema es que a nuestros hijos, también.
La educación afectiva cobra especial importancia en la infancia y en la adolescencia. Los sucesos de cada día, las relaciones con las personas de su entorno, el diálogo que establece con ellas -diálogo que no es sólo de palabras, sino de imitación, de búsqueda o de aprobación- van conformando su estructura emocional y le van definiendo qué, cuánto y cómo debe sentir.
El “Slow Parenting” es un movimiento surgido en Estados Unidos hace una década que todavía no ha sido traducido en nuestro país, pero lo hemos hecho nuestro y se propone como un modelo nuevo de crianza. Lee este artículo y te explicaremos qué es.
No es fácil hacer compatible la vida laboral con la familiar ni, mucho menos, sacar todo el tiempo que nos podría gustar para estar con los niños, pero es importante tratar de hacerlo porque para educar es necesario estar. Y tú ¿cuánto tiempo estás con tus hijos?
Probablemente hoy en día es cuando más alternativas tienen los niños a su alrededor para poder entretenerse. Sin embargo, ¿cuántas veces podemos escuchar de su boca la frase “me aburro”? Sin duda, más veces de las que nos gustaría...
Por lo general, a los niños no les gusta que les digamos lo que tienen que hacer. Aprender a obedecer es para muchos una tarea costosa en su proceso de crecimiento. Debemos enseñarles a cumplir con lo que se les pide y en el momento en el que se le solicita. Es una de las peleas constantes que tenemos todas las familias.
Si de un mes a otro a un adulto le empezara a cambiar el cuerpo, la voz y sintiera unos cambios bruscos que pasaran de llevarle a sentirse feliz en un minuto a estar absolutamente enfadadísimo al siguiente, seguramente iría corriendo a pedir ayuda a un psicólogo.
“Da más fuerza saberse querido que saberse fuerte” J.W. Goethe. Necesitamos pararnos a pensar cómo hacemos sentirse queridos/as a los demás y como de queridos/as nos sentimos. Sentirse querido es algo que necesitamos todas las personas a todas las edades. En el proceso educativo parece algo obvio desde el comienzo, ¿Qué familia no quiere a su hijo/a? y ¿cómo se sienten de queridos nuestros hijo/as? No te pierdas este artículo.
Estamos acostumbrados a que en el aula se planteen objetivos, especialmente, para desarrollar el campo cognitivo de nuestros hijos. Nos preocupa que asimilen contenidos y que terminen cada etapa teniendo unos conocimientos, pero tan importante o más puede ser enseñarles conductas de comportamiento que puedan llegar a convertirse incluso en virtudes, como puede ser la paciencia.
Por fin llega el verano! Y con él la posibilidad de tener más tiempo para llevar a cabo todo aquello que no podemos hacer durante el curso por la gran cantidad de actividades que ocupan nuestra agenda profesional, personal y familiar. Estas son algunas de las recomendaciones para que tus vacaciones sean perfectas con tus hijos.