Enseñar tolerancia y respeto es esencial para el correcto desarrollo de los hijos
Edad recomendada De 0 a +13 años
Psicóloga
La educación empieza en casa. Desde el ámbito familiar debemos prestar atención al comportamientode nuestros hijos e hijas, ya que imitan todo lo que hacemos. Entonces, ¿cómo podemos educarlos adecuadamente en igualdad, respeto y tolerancia?
Los padres y las madres somos los primeros modelos de referencia de los que nuestros pequeños aprenden a ser, estar, hacer y comportarse. Educar es, además de hablar, dar directrices y poner límites, ser ejemplo de conductas positivas para su desarrollo. Esto último es lo más importante para educar en igualdad, respeto y tolerancia.
Pero, ¿qué significa educar en igualdad? A esto se le llama coeducar y hace referencia a la metodología educativa basada en la igualdad de género. Esto significa no discriminar por razón de género, no establecer jerarquías entre niños y niñas y romper con los roles de género sexistas.
Los roles de género son el papel que, según la sociedad, ha de cumplir una persona en función de su sexo. Desde antes del nacimiento ya diferenciamos entre género masculino y femenino y, de hecho, compramos ropa azul o rosa y adecuamos la habitación en base a esto. Además, nuestra forma de hablar es distinta según tengamos un hijo o una hija. A un niño se le habla de manera que se le alienta a arriesgar, se le premian conductas físicas o deportivas y, a veces, se le castiga cuando llora. A una niña, en cambio, se le habla de manera más emocional, no se castiga el llanto y se le anima a hacer tareas más intelectuales.
El germen de las desigualdades sociales entre hombres y mujeres es la transmisión de estos roles y somos nosotros, padres y madres, las primeras personas responsables de evitar que esto siga pasando y se sigan perpetuando estos estereotipos. Por tanto, aquí os dejamos unas pautas para educar en igualdad desde casa:
Por último, es muy importante que las familias seamos conscientes de que hemos sido educados en una sociedad en la que los roles de género tradicionales están en los pilares de nuestra personalidad. Ser conscientes y críticos con ellos es la mejor actitud para desaprender lo aprendido y reconstruir esos conocimientos en pro de la igualdad.