El crecimiento está muy relacionado con diversos factores como edad, genética o alimentación
Edad recomendada De 0 a +13 años
Periodista
¿Te preocupa que tu hijo sea bajito para su edad y tenga algún problema de crecimiento? A muchos padres y madres les parece que sus hijos pueden ser demasiado bajos para su edad y lo comparan con otros compañeros de clase.
La realidad es que se debe tener en cuenta que el crecimiento de los niños y las niñas no es lineal. De hecho, existen picos de crecimiento y dependen de estos factores.
Todos los padres y madres quieren que sus hijos estén sanos y crezcan adecuadamente, por lo que es habitual preocuparse si es muy bajito o parece que crece a un ritmo demasiado lento. Así, muchos padres cometen el error de comparar a su hijo con otros niños de su edad, pero lo que hay que ver es si su crecimiento es constante y se mantiene, o si de repente se frena y deja de crecer.
Los pediatras valoran el crecimiento de cada niño de manera individual, aunque se tengan en cuenta las tablas de percentiles. Pero lo más importante no es que tenga un percentil 50, sino que esté más o menos siempre en su percentil y no baje de repente del percentil 40 al 3.
Asimismo, no todos los hermanos tienen que presentar la misma talla ni velocidad de crecimiento, cada uno tiene su propio historial genético, por lo que tampoco se debe comparar la altura de un hijo a los 5 años con la de su hermano mayor.
Y es que la talla final de una persona depende sobre todo de su herencia genética, es decir, de lo altos o bajos que sean sus padres. No obstante, sí que es cierto que ciertos problemas ambientales u hormonales pueden hacer que un niño crezca menos de lo esperado.
Desde los 4 años hasta la pubertad, los niños tienen que crecer unos 5-6 cm al año, pero hay que tener en cuenta que el crecimiento no es constante y puede variar dependiendo de enfermedades ocasionales u otros factores.
Si te preocupa que tu hijo no está creciendo lo suficiente, debes consultar al pediatra quien, si lo ve necesario, llevará a cabo una serie de pruebas como análisis de sangre, de orina, de parásitos, pruebas hormonales, metabólicas o una radiografía de muñeca para establecer la edad ósea.
Con los resultados de estas pruebas el médico podrá determinar si realmente existe un problema de crecimiento o no y la causa.
EXPERTO:
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.