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¿Por qué mis hijos son tan distintos si los he educado igual?

Los padres como principales educadores somos los responsables de educar a nuestros hijos

Edad recomendada De 0 a +13 años

¿Por qué mis hijos son tan distintos si los he educado igual? - Compartir en Familia
Patricia Cigaran - Compartir en Familia

Patricia Cigaran

Experta en Educación

Muchos padres se preguntan cómo es posible que, teniendo la misma familia, la misma educación y habiendo ido a los mismos colegios, sus hijos sean completamente opuestos unos a otros.

Educar es ayudar a crecer

Patricia Cigaran, directora de los centros de educación Nclic, nos explica por qué esto es algo tan común entre las familias.

“Cada persona es única por su singularidad”

P: ¿Qué determina el carácter de una persona?

Patricia Cigaran: El carácter lo determinan la genética y la educación, no puede entenderse la forma de ser de una persona sin estas dos variables.

P: ¿Cuánto influye la educación en la forma de ser de una persona?

PC: Educar es ayudar a crecer. Los padres como principales educadores somos los responsables de educar a nuestros hijos. En el proceso, les ayudamos a que se conozcan, a que realicen un “autoconocimiento”, para favorecer su propia aceptación; si lo hacen, se querrán y se podrán gobernar. A partir de aquí, ellos podrán tomar decisiones, correctas o no, pero las tomarán, lo que afianzará su autoestima. Por su parte, el ambiente familiar en el que viven, el círculo en el que se mueven, el colegio al que asisten, los profesores que tienen, sus amigos, etc. irán trazando su forma de ser.

P: La gran pregunta… ¿Por qué, con una misma educación, dos hermanos pueden llegar a ser completamente diferentes?

PC: Cada persona es única por su singularidad. Es el constituyente que distingue a una persona de otra. Se trata de quien soy yo en mí mismo, en mi intimidad, como absoluta y radical novedad. La singularidad hace posible que cada persona sea irremplazable e irrepetible. Nadie existe, ni podrá existir, igual a otra persona. Todo lo que haga, lo que piense, lo que ame, lo que aporte o no, estará teñido siempre por esa radical singularidad. Por ello, dos hermanos, aunque reciban la misma educación, serán completamente diferentes, porque el fondo de la persona es distinto y singular. Las características de cada uno hacen que sean diferentes recibiendo la misma educación.

Además, por mucho que queramos, la educación nunca es exactamente igual. A no ser que sean mellizos o gemelos, nacerán en momentos diferentes, con circunstancias distintas, lo que siempre influirá en ciertos aspectos de la educación, aunque las normas y valores generales sean los mismos.

“Nadie existe, ni podrá existir, igual a otra persona”

P: Si mis hijos son diferentes, ¿debo adaptar su educación y la forma de tratarlos?

PC: Por supuesto que sí; porque, como decía, cada persona es única, nadie existe, ni podrá existir, igual a ella.

Pierre Faure y Víctor García Hoz, pioneros de la educación personalizada en Francia y en España, respectivamente, describen tres notas de la persona: singularidad, autonomía y apertura. A partir de estas notas se articulan una serie de innovaciones que hacen al alumno protagonista activo de su aprendizaje y de su vida, con capacidad de transformar el mundo que le rodea mediante el uso de su libertad responsable, al servicio de los demás.

A la estructura de persona, que hace a cada uno diferente, se une esta tradición ya experimentada, lo que aporta elementos que enriquecen y facilitan la aplicación de nuevos modos prácticos de desarrollar la actividad educativa que reclama el momento presente. Conociendo todos los aspectos de la persona, se puede adaptar  su educación y la forma de tratarla. Así, los padres deben respetar y potenciar las diferencias sin que sean motivo de comparación entre hermanos.

P: ¿Cómo hacerlo para que ninguno se sienta indiscriminado?


PC: Una vez que partimos de la idea de que cada hijo es diferente y diseñamos un proyecto educativo personal (PEP) para cada uno, tendremos que trazar planes de mejora diferentes en función de cada proyecto. Observar todos los aspectos de la persona nos facilita conocerle de dentro hacia fuera y de esta forma podemos ayudarle a que se conozca. Trabajaremos todos esos aspectos y en esa profundización, de la cual les haremos participes, verán que no hay discriminación alguna, sino que cada uno puede dar una cosa y no se les puede pedir a todos lo mismo. Es esencial evitar las comparaciones y mostrarles siempre el mismo cariño a todos.

 

Hijos diferentes – Patricia Cigaran, Directora de NClic Página

EXPERTO:

Patricia Cigaran

Experta en Educación

Experta en Educación Familiar con más de 20 años de experiencia en la dirección de colegios infantiles.