Aprendizaje

¿Por qué no debes alabar todo lo que hace tu hijo?

Elogiemos a nuestros hijos, pero sin pasarnos

Edad recomendada De 4 a +13 años

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Todos queremos mostrar a nuestros hijos que estamos orgullosos de ellos, lo que resulta fundamental para potenciar su autoestima. No obstante, alabar todo lo que hacen sin motivo, esté bien hecho o no, les muestra nuestra falta de sinceridad y puede perjudicar sus capacidades de aprendizaje y mejora.

Excesivas alabanzas pueden ser perjudiciales

En todos los “manuales para padres” se habla de lo importante que es el refuerzo positivo, es decir, elogiar al niño cuando hace algo bien, darle un beso si obedece a la primera, decirle que esa pintura que ha dibujado es preciosa, que ha corrido muy bien la carrera, etc.

Y es cierto que es positivo para su desarrollo y que fomenta su autoestima, sus ganas de aprender, de portarse bien, etc. No obstante, si los elogios son vagos o indiscriminados, o exagerados, pueden ser perjudiciales y conseguir el efecto contrario al deseado.

Los niños no son tontos. Si nos enseñan un dibujo que han hecho o nos cuentan algo, y sin apenas mirar le decimos “buen trabajo” o “me encanta”, en seguida van a darse cuenta de que lo decimos por decir y de que no le estamos haciendo caso, lo cual les hará pensar que no les prestamos atención. Si las alabanzas no son sinceras, no tienen efecto.

Tampoco se debe decir que algo está muy bien o es perfecto si resulta que no lo es. Si su dibujo es malo, o ha sacado solo un 5, no debes decirle que es el mejor o que lo ha hecho perfecto, ya que no es cierto y así solo potencias la mediocridad. Esto podría hacer que el niño evite futuros desafíos, que sea conformista y que no intente superarse.

Además, si le pones un listón muy alto, se desanimará para la siguiente vez ya que pensará que no puede volver a hacerlo igual de “perfecto” que la vez anterior.

Entonces, ¿cómo elogiarles?

Los elogios deben reservarse para cosas que realmente han costado un esfuerzo o que ha hecho mucho mejor de lo normal.

Asimismo, es importante que seas específico a la hora de elogiar algo y que no le digas simplemente: “bien hecho”, sino que digas algo como “el dibujo me gusta mucho porque los colores son muy bonitos”. Que vea que te estás fijando en lo que ha hecho.

Es mejor alabar siempre el comportamiento concreto, y no al niño. No tienes que decirle “eres el mejor” o “eres el más listo”, sino “qué bien has hecho este examen” o “me alegro mucho de que hayas compartido tus juguetes con Adrián”.

Es mejor usar expresiones como “has trabajado muy duro” o “te has esforzado mucho” a “qué inteligente eres”. Destacar su inteligencia puede hacerles pensar que ese es un rasgo fijo sobre el que no tienen control y no motivarles a superarse. Mientras que elogiarlos por sus esfuerzos y la forma en la que han hecho algo les motiva.

 

EXPERTO:

Irene García Pérez

Periodista

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.