Emociones

12 pautas para gestionar la incertidumbre en tiempos de coronavirus

El miedo es una de las emociones más difíciles de gestionar y, como se suele decir de manera coloquial, “el miedo es libre”

Edad recomendada De 0 a +13 años

12 pautas para gestionar la incertidumbre en tiempos de coronavirus - Compartir en Familia

La situación actual que nos está tocando vivir con el coronavirus nos ha arrancado de golpe nuestras rutinas y todas nuestras costumbres del día a día. Esto hace que se estén viviendo emociones muy intensas y, en ciertos momentos, difíciles de gestionar.

Es importante pensar en cosas positivas y no estar enganchados permanentemente a las noticias

Una de las primeras emociones que hemos podido sentir, especialmente al comienzo de esta situación, es la incertidumbre de qué va a pasar. Especialmente, por ser algo nuevo y desconocido. Por no conocer, especialmente, cómo va a ser su evolución, las consecuencias que puede llevar y si nos tocará o no.

Esta incertidumbre genera, inevitablemente, miedo. El miedo es una de las emociones más difíciles de gestionar y, como se suele decir de manera coloquial, “el miedo es libre”. Es decir, que no es fácil controlarlo, ni a todas las personas les pueden servir las mismas indicaciones.

A pesar de que este miedo, en cierta forma, pueda estar debido a la incertidumbre y el desconocimiento, no es del todo positivo contar con mucha información. Es interesante, estar informado. Saber qué está sucediendo y por qué y tener indicaciones de qué debemos hacer está bien, pero si estamos todo el día hablando del tema y viendo, escuchando o leyendo noticias de ello puedo generar mayor angustia y ansiedad. Es muy importante, además, seleccionar bien la información y los medios de los que esta información provenga. Existe mucha pseudoinformación que contamina la mente y hace que se produzcan pensamientos negativos.

Por ello, ante esta situación de miedo e incertidumbre es importante seguir las siguientes pautas:

  1. Buscar fuentes de información fiables: especialmente profesionales y oficiales.
  2. Desechar toda información adicional que se reciba: se están enviando constantes mensajes en diferentes medios que pueden generar obsesión y psicosis por el tema. Hay que saber no abrirlos, ni leerlos. Directamente borrarlos.
  3. Tratar de informarnos una vez al día, como mucho: no podemos estar todo el día pensando, ni hablando del mismo tema porque acabamos saturando nuestro cerebro de información, pensamientos y emociones negativas y esto puede aumentar el estado de estrés y ansiedad.
  4. Despistar la mente con otras cosas: hay que tratar de leer, hacer, hablar y pensar en otras cosas totalmente diferentes y sobre todo que te puedan hacer sentir bien. Debemos buscar sentir bienestar, relajación, e incluso cierta motivación e ilusión.  El no pensar constantemente en el coronavirus, no significa que no te importe el tema, ni debes sentirte egoísta. Hay que saber hacerlo con medida y equilibrio. Esta estrategia de despistar la mente nos sirve especialmente para cuidarnos psicológica y emocionalmente.
  5. Llevar a cabo los consejos y medidas sanitarias que se nos recomiendan de manera consciente y responsable: esto hará que te sientas más tranquilo y seguro y que el miedo, en cierta forma, se pueda ver disminuido. Además, parte de estas medidas generan un beneficio personal y también social. Esa generosidad te puede hacer sentir mas relajado y especialmente mejor a nivel interno. Así como el hecho de reconocer el esfuerzo y trabajo de los demás en esta situación.
  6. A partir de aquí, ya es afrontar cada día como un reto pero con fuerza e ilusión, aunque, de manera natural e inconsciente el miedo pueda seguir estando presente. Estas pautas no van a eliminar el miedo pero pueden ayudar a reducirlo y controlarlo.
  7. Otra de las situaciones que están provocando un gran estrés es el hecho de estar confinados y no poder salir. Con el paso de los días muchas personas están empezando a sentir un gran agobio por no poder salir de casa. El ser capaces de aguantar mas o menos ante una situación no depende de la situación sino del modo en el que uno mismo la afronte y la viva. Si estamos pensando constantemente en lo que no podemos hacer sentiremos emociones negativas que nos harán estar mal y conforme pase el tiempo esta situación empeorará. La clave está en no pensar lo que no podemos hacer sino aceptar lo que nos toca vivir y pensar en todo lo que podemos hacer en esta situación. Cada día pensar en las diferentes oportunidades que nos ofrece el estar en casa. Si lo analizamos así, además, de sentirnos bien y llevar el confinamiento mejor, seguro que descubrimos numerosas cosas que nos pueden llegar a sorprender. Sobre todo que esta situación nos permite contar con algo que se suele añorar mucho como es el tiempo. En los últimos años, algo muy común en la mayoría de las personas era el escuchar “no tengo tiempo”. Ahora lo tenemos y no podemos desaprovecharlo pensando en que no puedo salir ya que podemos realizar numerosas cosas que nos hagan sentir bien (recuperar ciertos hobbies, manualidades, lectura, orden en casa, etc.). Por lo tanto, dejemos de pensar en lo que no podemos hacer y ¡ánimo con todo que podéis llegar a disfrutar!
  8. Otra situación de estrés que se está produciendo en estos momentos está producida por las relaciones interpersonales. Son muchas horas todos juntos en un espacio reducido o concreto. Debido a la cantidad de actividades y el ritmo tan elevado que llevamos de vida, muchas familias no están acostumbrados a pasar tanto tiempo unidas y esto puede llegar a ser algo complicado. En este caso, la clave va a estar en organizar bien los tiempos. Planificar, en la medida de lo posible, los días. No vivirlos sobre la marcha, sino saber qué vamos a hacer, poniendo especial atención en cómo vamos a organizar los tiempos y espacios teniendo en cuenta las siguientes premisas:
  9. Es importante que haya momentos en los que se realicen actividades todos juntos en familia: deporte, juegos de mesa, descanso, comida, etc.
  10. Momentos de estudio y trabajo: en los que se respete a cada uno, sabiendo que estos momentos es sólo para ello. Si los niños son pequeños y requieren de mucha atención los momentos de trabajo deben ser diferentes a los de estudio para poder dedicarnos a ellos y luego al trabajo.
  11. Momentos de descanso y desconexión: saber respetar cada uno los descansos y el modo de hacerlo. Si después de comer, por ejemplo, se destina al descanso, es importante saber cómo hace cada uno el descanso y respetarlo. No tocaría hacer otra cosa ni permitir que se haga algo que no toca en ese momento.
  12. Tiempos individuales aunque sean cortos, pero sentir que cada uno tenemos nuestros momentos y espacios es también fundamental: cuando los niños son mas mayores esto resulta más sencillo de llevarlo a la práctica, pero cuando son pequeños es más difícil porque los niños requieren y demandan una atención constante. Pero no implica que no sea posible. Es algo que se enseña y tenemos una buena oportunidad de poder enseñarlo, ya que contamos con tiempo para ello. Al principio les puede costar un poco respetarlo, pero si lo explicamos bien y lo empezamos a hacer con tiempos cortos será más sencillo para ellos. Pequeños tiempos pero todos los días y si es posible en el mismo momento del día. Los niños son muy rutinarios y les servirá mucho hacerlos como una rutina.

Esto que parece complicado y, seguro que muchos padres lo ven como imposible, es posible y solamente hay que ponerse a ello y enseñarles. Una vez que se logre será fundamental para gestionar de manera más eficaz el estrés de estar todos juntos y se podrá pasar de un estrés a un gran disfrute.

Por lo tanto, la clave para gestionar bien el estrés en estos momentos va estar en el modo en el que veamos las cosas y la actitud que tengamos ante ellas. Está en nuestras manos verlo con unas gafas u otras y en función de qué gafas usemos nos sentiremos. Así que, ¡ánimo con esta situación y tratemos de sacar lo mejor de ella!

EXPERTO:

María Campo Martínez

Pedagoga

Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Magisterio de Educación Infantil. Asesora de Eduka&Nature.