¿Por qué a los niños les cuesta aprender los colores?

En torno a los 2 años los niños y las niñas empiezan a aprender los diferentes colores que existen, pero este proceso les lleva bastante tiempo y, con 4 años, pueden seguir confundiendo colores similares o equivocándose a veces al pedir algo de un color. ¿Por qué les pasa esto?

Si tienes hijos pequeños te habrás dado cuenta de que es muy habitual que, después de varias semanas aprendiendo qué color es el azul en clase, dibujando mares y cielos, le preguntes de qué color es un jersey azul y, sin pensarlo, diga “rojo”. En ese momento pensarás que tu hijo es daltónico o tiene algún problema, pero nada más lejos de la realidad. Es algo normal que les pasa a todos.

Y ahora sabemos por qué gracias a un estudio que ha realizado el laboratorio de psicología de la Universidad de Stanford (California).

Según la investigación llevada a cabo entre niños de 2 a 6 años, el problema es que saber la gama de tonos de cada color no es algo innato porque no son universales a todas las culturas. El matiz de un tono varía de una persona a otra. Un mismo color puede parecer más verde o azulado según la persona, lo que dificulta el aprendizaje. Además, los tipos de colores y sus distinciones básicas también varían según el idioma, por lo que no solo hay que aprender el color, sino también sus particularidades.

Y, para complicar aún más la tarea, el color es algo omnipresente en nuestra vida. Todo tiene un color, pero con miles de matices diferentes.

Por eso, cuando esté aprendiendo los colores, puedes ayudarle usando oraciones postnominales. Por ejemplo: “ese balón es rojo”, en lugar de “el balón rojo”, para que sepa que no es un nombre sino una característica del balón.

Por último, haz hincapié en los colores primarios (rojo, azul y verde) antes de pasar a los demás. Con esto facilitarás mucho su aprendizaje.